sábado, 30 de octubre de 2010

Atomic café

de Jayne Loader, Kevin Rafferty (1982)

Fragmentos de películas de los años 40 y 50, de archivos documentales del gobierno estadounidense como propaganda educativa o del ejército, relacionadas con la energía nuclear y la bomba atómica. El tema se trata desde un distanciamiento irónico, que llega a covertirla incluso una película de humor. ¿por qué un tema tan serio se puede volver humorístico? Por el patetismo del engaño, que nosotros desde lejos observamos como estupidez colectiva, pero que sin embargo, a la que incluso nosotros nos encontramos sometidos. De una forma este patetismo que se convierte en risa nos distancia y nos vuelve críticos.

El contexto de las imágenes que se usan es este: La guerra fría tuvo lugar desde 1945 hasta el fin de la URSS y la caída del Muro de Berlín entre dos bloques, occidental-capitalista y oriental-comunista. Ninguno de los dos tomó nunca acciones directas contra el otro, como resultado de que los dos tuvieran una bomba atómica, se mantuvo la neutralidad.  Durante todo este tiempo dominó en Estados Unidos el mecanismo psicológico de la bomba, el miedo.  Se pensaba que en realidad podía estallar una guerra atómica. Sin embargo el mensaje difundido en la propaganda educativa era que: sí podía estallar una bomba, pero no era tan peligrosa, simplemente había que agacharse y cubrirse. 



La desinformación a la que sometían a los estadounidenses y la paranoia, los mantenía bajo cierto poder manipulador, la población se mantiene bajo lo que el gobierno espera de ella.


Por medio de la mezcla de material de propaganda y material del ejercito nos damos cuenta de la disociación entre lo que la gente sabe y los militares saben. Cada material hecho a conveniencia de la forma en que tenía que corportarse cada sector.
La película editada de una forma “lineal” nos da el punto de vista de Estados Unidos únicamente.  Me llama la atención la forma en que sucede esta progresión narrativa, primero otorgando un sentido nacionalista, una mirada alentadora sobre las acciones de Estados Unidos apoyando la libertad de países europeos.

Intentando otorgar una sensación de orgullo nacionalista para la aceptación de los ciudadanos a las acciones del gobierno, incluso pidiendoles que ellos mismos den su opinión de lo que se debería hacer, haciendo sentirles, que las acciones que se toman son para el bien común. Esta aceptación, también se busca poniendo como negativo el régimen soviético, como un enemigo de la libertad. Aquí en Estados Unidos, se defiende la libertad, por eso hacemos lo que hacemos. Y allá se suspende.
“Fijense lo que le ocurre a un editor de prensa libre, él también va a prisión y su periódico es confiscado” no más libertad de pensamiento, sí así es la vida bajo un régimen soviético”




El siguiente mensaje es: no hay de que preocuparse, nosotros tenemos la bomba atómica. Después las noticias informaban que los rusos ya tenían una bomba atómica. ¿Qué le dirían ahora al pueblo estadounidense?. Que sí tenían una bomba, que sí podían atacarlos, pero sin embargo, la bomba no podía hacerles tanto daño, además de que las fuerzas militares de Estados Unidos, están listos para proteger a la nación. Con  esta forma de editar los documentos a los que el director tuvo acceso, sin él mismo imponer un juicio o una sentencia. Sabemos que hay todo un discurso intrínseco, donde se desenmascara un juego de poder y manipulación.


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